Sunday, August 13, 2006





Cuando morimos,
no en verdad morimos,
porque vivimos, resucitamos,
seguimos viviendo, despertamos,
Esto nos hace felices ...
¿Acaso de verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
Aunque sea jade se quiebra,
aunque sea oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra,
no para siempre en la tierra: sólo un poco aquí."
(cantares mexicanos)

Este corto tiene mucho de la cultura mexicana respecto a la muerte y eso lo hace interesante para mi. Porque no se torna fatalista, aunque el tono del corto no es para descorchar shampagne, el personaje se tiene que hacer cargo de la realidad, quiera o no. No hay vuelta ni escape posible a la muerte (chocolate por la noticia) La iconografía popular mexicana apunta a eso, la muerte se vuelve representativa del pueblo como un habitante de culto. Sale a la superficie para que la adoren. Adoración que proviene de la época medieval, donde la iglesia católica comienza a predicar una "buena muerte" ante la llegada de la peste.
Mas antiguamente inclusive, uno de los pueblos que mas adoraban el culto a la buena muerte eran los aztecas:




Mas por estos tiempos, es interesante como también del otro lado de la civilización (es decir, polítcos y militares) buscan la bendición a sus balas y sus pistolas. Supongo que querrán matar con bondad (!?) Hoy en día, la iglesia católica está en contra de esta práctica ($$$) pero como siempre, tarde al asunto, hay mas de dos millones de personas adorando el culto pagano de la santa muerte :)



Si les interesa saber mas sobre esta celebración, aquí hay un escrito interesante al respecto.

Volviendo al corto en sí, aquí el autor:

¿Por qué te gusta la animación con plastilina?

René: Me gusta mucho el material, es muy noble, el contacto directo con las manos, me fascina tener un actor a disposición de mis dedos. La idea de darle vida a un personaje de una manera absolutamente artesanal. Me gusta actuar a través del personaje. Un animador es un actor y me tardé muchos años en entender esta concepción de la animación. Uno debe actuar a través de los personajes. Tomar la misma disciplina que toma un actor cuando dice “voy a interpretar a un personaje de esta manera”.

G: ¿Cuál es tu fuerte en la animación?

René: Creo que es una gran ventaja para mí el poder crear mis propios personajes. Yo escribo la historia, dirijo y animo. Yo dibujo mis personajes, los moldeo, me peleo con ellos y vivo con ellos, durante todo el proceso de una película me despierto pensando en ellos. Sin embargo en “Hasta los Huesos” invité a un chavo que se llama Luis Téllez a que trabajara conmigo en la animación. Fue la primera ves que trabajamos dos animadores y en la que también él participó en el diseño de los personajes. Esto fue increíble porque los personajes que hacía Luis, son personajes que yo no hubiera hecho, la manera en que los animó yo no lo hubiera hecho igual. Y esto enriquece la historia. Es como otro actor que llega, participa y hace crecer el proyecto. Para mí lo más valioso de este proyecto fue aprender de Luis y que Luis aprendiera de mí. Al final la película tomó un rumbo que no hubiera tomado si la hubiera hecho yo solo. Esa es la esencia del cine. No es un arte individual, sino de grupo. El rumbo que pueda tomar una película depende de la gente que se involucre en ella.

Al final, todo esto lo estoy transcribiendo sentado cómodamente en una silla frente al monitor, pero me falta el bar, los tequilas y bonitos esqueletos rodeándome. Quizás, si apagara esa luz podría suceder que....


¿A dónde iré?;
¿A dónde iré?
El camino de la Dualidad Divina.
¿Por ventura es tu casa el lugar de los descarnados?,
¿Acaso en el interior del cielo?,
¿O solamente aquí en la tierra es el lugar de los descarnados?.



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