Sunday, December 31, 2006

Día Internacional de la animación -Primera parte.

Jack Kirby me produce ataques esquizofrénicos
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O alguna sensación parecida, que de chico, no podía evitar al mirar sus dibujos y quizás por eso quedó grabada en mi cabeza su línea gruesa y su sello en cada pose que planteaba. Miren este "capitán américa"


Es tan rústico por un lado, y mas allá de la carga pop que tiene su diseño, esta realizado de tal forma que desde como están plantadas las piernas de capitán america, demasiado abiertas para parecer natural (¿será contorsionista?) pero que generan en combinación con el giro de su cadera y su torso, cumpliendo asi el trayecto del golpe que nunca vimos pero que está ahi, sellado, permanente en nuestra retina y acentuado por esos seis soldados que quedan desparramados cual partido de bowling. Pero no están en el suelo, estan cayendo, el golpe se produjo pero la caída no. Sumada la onomatopeya, casi explosiva. que termina por dejar el cuadro abierto, desarrollando su movimiento permanentemente en nuestra cabeza cada vez que lo vemos. Aunque ni es por lejos de los mejores cuadros de Kirby, es claro en el efecto que produce. De alguna forma, por mas que me gusten muchos comics de superhéroes por sus planteos retorcidos (como puede ser alguien como Batman) de chico, el imaginario y la gráfica que me quedó grabada fue la de este tipo.

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Cuando tenía ocho años apareció en el kiosko de mi barrio un dibujante que ya tenía una larga trayectoria, pero que nunca había visto antes. Tengan en cuenta mi invalidez para husmear en tiendas de saldos y demás, sin la presencia de algún mayor. O cuando eso sucedía, me limitaba a buscar Billiken, Anteojito, Mickey y varias porquerías más (aunque si puedo estar contento de haber disfrutado de chico los comics del Pato Donald de Carl Barks!!)

El tipo en cuestión era André Franquin

Y de pronto mis personajes infantiles crecieron unos centímetros, tomaron características mas cotidianas pero no dejaban de perder la frescura del dibujo caricaturesco. Y por sobre todas las cosas, nunca había visto una línea que contenga tanto movimiento, en cada trazo, en esa construcción de monitos. No me canso de mirarlo, el tipo dibuja un personaje parado y este parece salirse del papel, hay un otro yo contenido dentro, en la ropa, en la mirada, en cada gesto, por mas tranquilidad que demuestre. El cruce de curvas, la casi omisión de rectas perfectas (al contrario de lo que podría ser un Tintín de Hergé) En mi cabeza se mueven todo el tiempo, al igual de lo que me pasaba con Kirby, solo que aquí se agrega toda la carga costumbrista en su retrato de lo cotidiano, hecho caricatura. Sin ninguna duda, si alguien quiere quedar bien conmigo alguna vez, regalenmé algo de Franquin :)



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Cuando cursaba dibujo por el año 1994, habían colgado una nota en el panel sobre la próxima "gran cosa" luego de los Simpsons. La nota estaba acompañada por un dibujo de los protagonistas, un gato y un perro chihuahua. Un dibujo que me hacía recordar al Tex Avery mas sacado......

Tex Avery es el rey del cartoon. Si a uno le recuerdan algún dibujo animado que hayas visto de pequeño, de seguro lo hizo él. Lo mas grandioso de droopy, bugs bunny, el lobo o el Pato Lucas (Duffy Duck). Él es el culpable de generar toda una línea de cartoons totalmente fuera de sí, para un público adulto. Donde cada corto se regía por la unión en crescendo de gags que en general hacían de quien los padecía, una persona cada vez mas miserable, al punto que los finales trágicos: suicidos, muertes, degollamientos, eran la solución y a la vez un escape.
Con Avery uno puede aprender

exageración:

deformaciones




timming

lineas de acción..................................
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¡Lo hizo todo!








La próxima "gran cosa" después de los Simpsons era "The Ren & Stimpy Show"
De alguna forma John Kricfalusi retoma la línea de cartoons para adultos de Avery, pero potenciando el absurdo más cercano a lo que hacían "los tres chiflados" ("The three Stooges")
Por momentos su mirada parece suspendida en el tiempo, como si sus personajes estuvieran esperando las indicaciones del director. Entonces se aburren, bostezan, parpadean (pero solo de un ojo) o se babean encima.
Si Avery buscaba el gag continuo, por mas cruel que sea. Kricfalusi está hundido en el melodrama, se expresan y se relacionan de manera casi trágica. Hasta el pequeño detalle presupone un calvario, ya no en busca del gag sino en una puesta en la cual llorar, gritar, ver cosas donde no las hay y sentir que se ha recibido la peor puñalada son reacciones lógicas de las cuales ninguno de ellos está excento. Y pasan del llanto desconsolado a la alegría extrema sin matices, lo que estaba muy mal ahora es totalmente increible, a veces generado por una palabra de consuelo otras simplemente porque si. Esa manera de expresarse cuasi grotesca los hace aún mas absurdos.
A tal punto que la animación comienza a ser mas detallista y no tiene vuelta atrás. Diseños simples, agradables visualmente, que manifiestan ingenuidad, ternura y simpatía y demás adjetivos ñoños del estilo. En esa punta se apoya para contener la violencia en los personajes y desatarla cuando sea necesario. A la vez que mientras las acciones se suceden, la animación se centra en movimientos incómodos, que en general lo ridiculizan todo. Como se ve en el video de mas abajo, el bañero la juega de héroe, dibujado con un pullover de pelos increible, mientras que Kricfalusi focaliza el flameo de sus testículos, o en sus hermosas chicas que se comportan como ingenuas salvajes al refregarse a Stimpy por los pechos pero que en cuanto entra la visión adulta de Ren en el asunto, es tratado como una rata desesperada por captar su atención sexual.
La tensión sexual y ambigua que maneja Kricfalusi no se veia desde los tiempos del gran gran Fleischer. De alguna manera todos sus personajes tienen una carga sexual enorme, que en general es violenta, instintiva y animal. Y como esta tensión rige sus comportamientos, aunque no sea explicitamente un acto sexual propiamente dicho, aunque para eso están los psicos.
Hay algo de la mirada de los autores que hablamos anteriormente, que en Ren & Stimpy se convierte en un sin sentido. Nadie aprende nada y al otro capítulo todo comienza otra vez, mientras tanto, cada cosa que les pasa termina siendo una cuestión de vida y muerte. Y me rindo.